Todo empezó con un sms a los móviles de mis amigas. Una invitación a tomar el té, la tarde de un sábado de enero, recién pasadas las fiestas de
La primera en llegar Mar con tres maletas llenas de calcetines, abrigos, que venían de vuelta de un recién llegado viaje a Londres, junto a ella su hijo que ese día también venía de Sevilla. Nos dimos un fuerte abrazo de año nuevo, de feliz navidad y de regalo de reyes. Inmediatamente me expresó con entusiasmo lo que le gustaba cómo había quedado mi casa. ¡Mi casita! que tanto tiempo me absorbió durante todas las vacaciones, de pintura, de lija, de jardín, de limpieza en todos sus rincones.
Se lo agradecí porque yo misma me sentía satisfecha con la obra. Casi sin darnos tiempo de entrar dentro llegaban los coches de Ico y Tara junto a Jirafa y Fotoladymatón. Las dos parejas de amigas llevando en sus manos unas bolsas llenas de botellas de cava y alguna de champagne y alguna que otra botella de vino. Se abrazaron con nosotras dos en mitad de la calle según se bajaban de sus coches, estábamos contentas con el reencuentro después de unas Navidades sin vernos ya que todas regresaban de sus respectivos viajes. Ico y Tara, llegaban de Madrid y Lisboa. Jirafa y Fotoladymatón de sufrir congelación en Colonia.
Una vez metidas las bebidas en el frigorífico continuaron las llegadas de más amigas: pastelera y bruja y alguna otra.
Una vez más, según las iba viendo llegar, me confirmaba lo pésima anfitriona que soy. Sólo había comprado un par de bandejitas chiquititas de pasta para mojar en infusión, un pastelillo de cabello de ángel, unas cuantas latas de cerveza y coca colas y ya… así que no sabía cuánto de hambre íbamos a pasar y con cuánto de bebida las iba a sustentar, de momento el líquido fue lo que más apeteció y por supuesto un caldero gigante y a rebosar de agua hirviente con roibo.
Nos sentamos alrededor de la mesa del patio de atrás, bajo el porche recién acicalado. Por un lateral un toldo cerraba el paso de una corriente de aire segura, por el otro la música. Tazas de té para todas, risas, pastas aburridas y colocadas sin gracia alguna en unas bandejas, ceniceros; perros llegados de dos casas que unidos a los propios se unieron al festín en busca de alguna migaja por debajo de la mesa.
7 comentarios:
Y de ese encuentro nacieron nuestras tertulias literarias... una excusa más, si la necesitábamos acaso, para encontrarno...
Un beso, hippy
Ico se puede decir que también nacio este proyecto de las mujeres de la casa azul, creo que sorprendera a todo el que pase...
Que bueno comienzo hippy
Un beso
Oye, hippy, de mala anfitriona nada, y las pastas estaban pero que muy bien colocadas... Me encanta el cuadro de Matisse que has elegido.
quiero encontrar la manera de participar en uno de esos clubs
me encantan chicas
Anónimo ponte en contacto conmigo nievesriver@yahoo.es o con las demás y si vives en Canarias nos reunimos los primeros sábados de cada mes, sólo tienes que leer el libro que anunciamos. Para marzo toca "ácido sulfúrico" de Amelie Nothomb
He estado tan desconectada del mundo bloguero que os había perdido la pista. Qué bien que os habéis montado estas tertulias!! No tenía ni idea de la casa azul ni nada de nada... si es que no se puede una evadir tanto. Buena suerte con este proyecto. Un beso
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